lunes, 13 de enero de 2014

La Usina en busca de una sociedad con más igualdad

    Futuro Sustentable habló con Bea Pellizzari, Fundadora de La Usina Asociación Civil sobre la situación actual de las personas con discapacidad y los proyectos que realizan para mejorar su calidad de vida.

¿Cómo surgió la Usina?
Partiendo del reconocimiento del carácter multidimensional de la situación, un grupo de ciudadanos –con y sin discapacidad- comenzó a explorar de qué manera las organizaciones ya existentes incidían sobre la realidad de la discapacidad en Argentina. La intención era no superponer actividades y complementar los esfuerzos para lograr sinergias en torno a los objetivos comunes. Se observó que en su mayoría, estas organizaciones realizaban asistencia directa a las personas con discapacidad, principalmente en relación a las barreras de acceso a la salud o a la educación. Pero el impacto social no era suficiente como para cambiar la situación de este colectivo. Por más efectiva que fuera la acción y por más recursos que se invirtieran en ella, si la sociedad en general no transitaba el cambio hacia una actitud inclusiva, las barreras continuarían presentes.
Con esta inquietud nació La Usina-El cambio en discapacidad en el año 2002. La misión se orientaba a emancipar a las personas que viven con alguna discapacidad suprimiendo los obstáculos que les impiden integrarse en sus comunidades y desarrollar plenamente sus capacidades, lo cual requería trabajar en un cambio de actitud social como estrategia complementaria a las acciones que ya se realizaban.
La Usina se concentró entonces en instalar el tema “discapacidad” en la opinión pública revirtiendo la mirada que devalúa la diferencia por una mirada que valorara la singularidad. El lema “Queremos un mundo con diferencias pero sin desigualdades” resumía el espíritu de la tarea.
La realización de la misión se ha traducido en acciones de responsabilidad ciudadana e incidencia en el sector laboral a través del Programa Integral de Acompañamiento a Empresas (PIAE).  Ambos programas se han complementado con programas institucionales orientados a mejorar la sustentabilidad de organizaciones de y para personas con discapacidad en todo el país. Este abordaje de alcance nacional le permitió a La Usina un mayor conocimiento del sector, de sus potencialidades y de sus desafíos pendientes en el corto y largo plazo.

¿Cuál es su objetivo principal?
Nuestro sueño es vivir en una comunidad donde las personas con discapacidad ejerzan su condición de seres humanos, siendo valorados y respetados desde su diversidad.
Y para conseguirlo, nos dedicamos a promover un cambio de actitud con respecto a la discapacidad.

      ¿Qué proyectos realizan?
Programas institucionales:
De Responsabilidad Ciudadana. Construimos ciudadanía instalando la temática Discapacidad en espacio no tradicionales; gestionamos campañas de bien público; formamos estudiantes en carreras estratégicas como RRHH; y hacemos educación comunitaria.
De Sustentabilidad para las Organizaciones: Fortalecemos a ONG de personas con discapacidad estimulando sus mejores prácticas y el mayor protagonismo en sus comunidades.
Programa Integral de Acompañamiento a Empresas (PIAE): Entrenamos y asesoramos a empresas para abordar el tema discapacidad “a medida” de sus necesidades, promovemos la cultura de la Diversidad  y estimulamos la inclusión.

Nuestras empresas sociales
redACTIVOS: Fomentamos la autonomía social y económica de los trabajadores con discapacidad operando una red de emprendimientos productivos centrada en criterios de equidad y ética.; fortalecemos a los emprendimientos asociados gratuitamente, a través de  capacitación y equipamiento, operaciones comerciales, distribución, logística y compras de materia prima a escala.
AMAGI (en etapa de start up): Hacemos moda para que las personas con discapacidad motriz puedan vestirse solas, sentirse cómodas y verse lindas; investigamos y desarrollamos una línea de ropa con criterios de autonomía y moda, mientras focalizamos en la cadena de valor sumando otros actores de la economía social.

¿Cuáles son las mayores problemáticas que se encuentran en la sociedad argentina con respecto a las personas con discapacidad?
Tanto la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) como la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y la salud (CIF)  subrayan el papel que desempeña el entorno para facilitar o restringir la participación de las personas con discapacidad. ¿A qué nos referimos cuándo hablamos de obstáculos?
Políticas y normas insuficientes. La formulación de políticas no siempre tiene en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad, que por lo general están excluidas de la toma de decisiones en cuestiones que afectan directamente su vida. A ello se suma que con frecuencia existe una importante carencia de información estadística en relación a las personas con discapacidad, como también de los impactos que tienen los programas y políticas públicas diseñadas para este grupo. Por ello existen serias dificultades para la evaluación y el diseño de estrategias, que a su vez, suelen darse de forma atomizada y no como parte de una política coordinada e integral. Si bien existe importante normativa de acuerdo a preceptos que se establecen en el plano internacional, muchas de las leyes y los instrumentos que éstas habilitan, tienen dificultades de apropiación y efectivización por parte de los titulares de derechos, siendo la falta de acceso a información una de las principales limitaciones.
Falta de accesibilidad. Muchos edificios, incluidos los lugares públicos, sistemas de transporte y de información no son accesibles a todas las personas. La falta de acceso al transporte es un motivo habitual que desalienta a las personas con discapacidad a buscar trabajo o que les impide acceder a la atención de salud.
Actitudes negativas. Las creencias y prejuicios constituyen obstáculos para la educación, el empleo, la atención de salud y la participación social. Por ejemplo, las actitudes de los maestros, administradores escolares, otros niños e incluso familiares influyen en las posibilidades de inclusión de los niños con discapacidad en las escuelas. Asimismo, los conceptos erróneos de los empleadores sobre las capacidades y el desconocimiento de las herramientas disponibles para llegar a acuerdos, limitan las oportunidades de empleo de las PcD.
Prestación insuficiente de servicios y financiación. Las personas con discapacidad son particularmente vulnerables a las deficiencias que presentan los servicios tales como la atención de salud, la rehabilitación y la asistencia y apoyo. Los recursos asignados a poner en práctica políticas y planes respectivos son a menudo insuficientes para la sostenibilidad de los servicios, sea cual sea el nivel de ingresos del país.
Sin embargo, la dificultad mayor no se encuentra en las deficiencias sino en las barreras físicas, comunicacionales, culturales y actitudinales que impiden la participación plena y efectiva de las PcD en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás.

¿Qué medidas se lograron a partir de la asociación?
En nuestros primeros diez años, creamos 7 campañas nacionales de concienciación, más de 110mil firmas reunidas para que se cumplan las leyes vigentes, hablamos de discapacidad con más de 6000 personas en las conferencias y talleres que ofrecimos, más de 4000 personas fueron parte de nuestras acciones culturales,  más de 25mil folletos de educación comunitaria distribuidos en estos primeros diez años, acompañamos más de 20 empresas desde el PIAE que ya han contratado a personas con discapacidad y creamos una empresa social, accionamos en 19 provincias y 7 países. Recibimos 13 Premios y distinciones que nos alientan y comprometen a redoblar nuestra tarea.

¿En qué sentido se relacionan con otras asociaciones similares?
La Usina nace frente a la imperiosa necesidad de trabajar con la opinión pública. Creemos que el problema de las personas con discapacidad son las decisiones y actitudes de las personas sin discapacidad. Tenemos que hacer visibles a 5.1 millones de personas que deben ocupar su lugar.
La idea nació de muchos años de observación y análisis del contexto y luego de reconocer que en  nuestro país hay más de 2000 organizaciones que dan servicios en forma directa  a personas con discapacidad. Fue entonces que surgió la oportunidad de trabajar en la promoción de un cambio cultural enfocado en acciones hacia públicos cuyas decisiones impactan cada día en la vida de las personas con discapacidad y el desafío ha sido promover la transformación de conductas excluyentes en inclusivas.
Dicho más simple, más servicios e inversión en el sector discapacidad no garantiza la verdadera integración, este cambio no ocurrirá si no se derriban los muros del prejuicio construidos sobre los pilares de la desinformación y la ignorancia.
Hasta la fecha, no hay otra organización que haya asumido este compromiso de la manera en que La Usina lo lleva adelante.

¿Qué es lo que queda por realizar en este campo?
Principalmente, falta cumplimiento efectivo de toda la legislación vigente. Monitoreo del Estado en todos los ámbitos de su incumbencia para que el cumplimiento ocurra.
Mayor participación ciudadana, más activa, como guardianes de la implementación de políticas públicas e implementación presupuestaria.

Todos los ciudadanos con discapacidad con Certificado Unico de Discapacidad (CUD) debería estar gozando de sus derechos y eligiendo dónde y cómo  quiere estar, desarrollando al máximo sus capacidades; todos los niños y niñas deberían concurrir a la misma escuela, con maestros de apoyo y currículas adaptadas, jóvenes con discapacidad en las aulas secundarias y universitarias, trabajadores con discapacidad ocupados, ciudadanos con acceso a crédito para vivienda digna, etc. 

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